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Diario + Recuerdos = Mis Crisis Nerviosas

Para poder entender este blog, tienen que leer todo desde el principio. Se trata de una historia correlativa, la cual no van a entender si empizan desde la última entrada.
Las entradas que se titulan "Diario", siguen una línea aparte. Son opcionales a la biografía.
Espero que lo disfruten


DEDICADO A MI MEJOR AMIGA EN EL MUNDO MUNDIAL. Y A MI AMIGA LA DESAPARECIDA.

domingo, 21 de febrero de 2010

La historia de Alba, parte II


La historia de alba, parte II
Escuchando Creedence… ahhh Down on the Corner… No es una música muy indicada para hablar de mis enemigos pero bueno (sería mejor estar escuchando Three Cheers for Sweet Revenge aunque no importa).
¿En qué nos habíamos quedado? Ah, sí. En que descubrí la gran verdad sobre los exámenes de Nicolás. Sí… ¿Era totalmente injusto, o es que yo soy demasiado estricta? Yo creo que si a todos nos bajaba la nota por las faltas, no debería haber hecho la vista gorda con él. Porque tampoco era una vez, o una sola falta de nada. Eso sería más que comprensible. ¡¡¡ERA SIEMPRE!!! Muchas veces podía restar un punto entero con todo esto; ella se las marcaba pero no las restaba. Después se las mostraba, reprochándole que habían sido demasiadas, y después en bajito le decía que no se las había contado. Él se lo agradecía tímidamente.
Más tarde cuando él me mostraba su examen, yo se las veía. Un día me animé a preguntarle acerca de este asunto, tratando de no parecer molesta (obviamente lo conseguí, pero bueno, también estaba en mi derecho, ¿o no? Aunque supongo que él no tenía la culpa…). Me contó que él nunca le había pedido que ella hiciera eso, lo cual me pareció totalmente obvio. Según él, no sabía por qué se lo perdonaba. POR FAVOOOOOOOOOOOOR. Dejáte de jodeeeeer. No le dije eso, pero me reí en su cara xD. Y también lo hizo la pesada chusma - estúpida - insoportable – inquieta – pegajosa que tenía delante de mí, que por supuesto estaba escuchando todo lo que hablábamos. Esa tarada me pedía la hora solo por joder. ¿Por qué no se compraba un reloj, la muy idiota? Bue, dejemos a esa, que no viene a nada ahora.
Después de ese acontecimiento, Nicolás se dedicó a mostrarme cada cosa que le perdonaba, como si fuera un trofeo, como si estuviera orgulloso de eso. Yo simplemente me limitaba a arquearle las cejas y a reírme falsamente. Me parecía demasiado injusto. Yo no tenía ninguna falta, y casi siempre sacaba unas décimas menos que él. Qué rabia.
Creo que voy a cerrar este capítulo acá. Está sonando I put a spell on you… y me “hechiza” esta canción. Voy a ir a picotear algo y a ver si después sigo un ratito.
CONTINUARÁ

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