bienvenidos

Diario + Recuerdos = Mis Crisis Nerviosas

Para poder entender este blog, tienen que leer todo desde el principio. Se trata de una historia correlativa, la cual no van a entender si empizan desde la última entrada.
Las entradas que se titulan "Diario", siguen una línea aparte. Son opcionales a la biografía.
Espero que lo disfruten


DEDICADO A MI MEJOR AMIGA EN EL MUNDO MUNDIAL. Y A MI AMIGA LA DESAPARECIDA.

domingo, 28 de febrero de 2010

1º BAC (TERCERA PARTE)



Resulta que un buen domingo de abril del 2006, mi papá y yo tuvimos una pelea, como de costumbre. Llorando, me conecté al msn y estaba mi mejor amiga conectada. Le expliqué la razón por la cual me sentía como el reverendo culo, y, para mi sorpresa, no me creyó. Me dijo que no podía ser que mi padre fuera así, que me lo estaba inventando todo para llamar la atención. Yo la saqué cagando, y le dije que era mejor que me desconectara, porque la iba a embarrar peor. Me acuerdo perfectamente. Al día siguiente (lunes), se sentó al lado mío pero no me dirigió la palabra. Yo tampoco le dije nada, porque la verdad no entendía su actitud. No sabía por qué de la noche a la mañana había cambiado tanto. Simplemente no me entraba en la cabeza. En el recreo le pregunté si no me iba a decir nada. Me dijo que no tenía nada que decirle a las mentirosas. Y me dejó ahí parada, en medio del pasillo, mientras todos me miraban cómo se me llenaban los ojos de lágrimas.
Al otro día le devolví todo lo que tenía de ella en mi casa. Le dije tímidamente que le traía todas sus cosas, y las aceptó sin mirarme. Después de unos días, me devolvió mis cosas. Por el msn ella se conectaba con nicks del estilo… “cómo se puede mentir así acerca de un padre” o, “qué mentirosa es la gente” o, “resultó que mi amiga solo quería llamar la atención”… eso me daba por el culo, me daban ganas de tirar todo a la mierda y llorar. Pero me contenía. Me dijo que era totalmente imposible lo que le contaba, que era una ilusa… bueno, mil cosas.
Esos días lloré como pocas veces lloré en mi vida. Creo que una persona no me puede defraudar más de lo que me hizo ella. Pero además no sólo eso es lo que me jodía. Lo que más me reventaba era que todo era la culpa de mi viejo. Sí, todo por su puta culpa. Por su maldita actitud hacia mí.
Aquí no termina todo. Mi queridísima amiga se encargó de que todos en el instituto supieran lo mentirosa que era yo. Todos. Absolutamente todos cayeron en su influencia. Hasta los profesores. Sí, sí, HASTA LOS PROFESORES. El único amigo que me quedó fue Julio. Nunca le pregunté por qué no me retiró la palabra como habían hecho todos los demás traidores. Pero lo que sí me dijo es que yo era la única persona en la que confiaba; Nicolás también lo había defraudado a él. Pero no voy a entrar en ese tema.
Continuando con el problema, me encuentro con que una persona me agrega en el msn. Empezamos a charlar y resulta que vivía en mi barrio. Me pide una foto mía, y yo como pelotuda se la mando. Una vez que la recibió, empezó a insultarme diciéndome cosas sin sentido (me acuerdo bien), como por ejemplo “¿por qué tienes los labios torcidos?” “qué horribles son tus ojos” “tienes el pelo de una vieja” etc. Yo lo bloqueé, y me mandó un mensaje diciéndome que ya sabía que lo había bloqueado, que él conocía a algunos de mis amigos y que sabía qué clase de persona era yo, etc. Le contesté mandándolo a la mierda, diciéndole que eso me lo decía porque no me conocía, y que no se atrevería a decírmelo en la cara. Mal asunto. Me amenazó con ir al día siguiente al instituto y darme “una paliza”. SÍ, PALIZA. Yo como era re pelotuda me lo creí. Pero tranquilos, pocos días me quedaban para seguir siendo como era.
Por supuesto, al ser pelotuda, estaba cagada en las patas, que era justamente lo que él quería. Darme miedo. Como me dijo que me iba a ir a buscar en el recreo, permanecí escondida en el baño para que nadie me viera. Cuando tocó el timbre para ir a clase, todos comentaban delante de mí (con una cara muy sospechosa, por cierto), acerca de un loco que quería entrar al colegio, que decía que buscaba a una “zorra”, y que los profesores no lo dejaron entrar. Ah, y que amenazó con quedarse ahí hasta la salida.
Me di cuenta de que me habían estado tomando el pelo, y, rabiosa como nunca, fui directamente a Débora. Tenía muy claro que era ella la que estaba detrás de todo este asunto. Se hizo la boluda, por supuesto. “¿así que ése venía a buscarte a ti? No me extraña”. No le di el gusto de verme llorar, me fui.
Mi sorpresa fue enorme cuando “la puta” (profesora de francés) nos comentó que “los problemas de afuera del colegio había que dejarlos para afuera”. Algo así. Se estaba refiriendo a que REALMENTE había ido alguien a joder en la entrada del instituto. Volví a cagarme en las patas, porque eso significaba que me iba a ir a buscar a la salida, ese completo desconocido, loco y furioso. Le pedí a “la puta” que me dejara ir al baño, para poder pensar con claridad, pero no me dejó. Es como si ella también hubiera estado compinchada con todos. Qué hija de puta, la muy puta.
Por suerte, no pasó nada. Existir, ese tal “Charlie” existió, mi imaginación no fue. El caso es que no apareció a la salida, y por suerte nunca más. Cada tanto me mandaba algún mensaje al correo, pero después se habrá aburrido. Pero bueno, yo andaba con miedo por mi calle, porque me había dicho que me había visto varias veces por ahí, DÁNDOME DETALLES PRECISOS DE CÓMO IBA VESTIDA. Pero, en fin, lo importante es que sólo se quedó en eso, en un susto. Y qué susto. A mis tiernos 16 años no estaba para esa clase de cosas. Pero a partir de ahí ya no fueron tan tiernos, se los aseguro. Cambié completamente, condicionándome a ser la mujer que soy ahora. Que cada uno juzgue como quiera. Pero sepan que todavía mis desgracias no habían aparecido en su totalidad.
Es hora de cerrar el capítulo. Espero que no les haya aburrido. No se crean que terminó acá eh.
CONTINUARÁ

sábado, 27 de febrero de 2010

Diario. - Dedicado a un amigo de un pueblito muy lejano...


27 de febrero de 2010
Aburrida en casa, la historia de mi vida. Está por empezar la tormenta; ya se siente el viento huracanado. Algunos podrán decir que es una ventaja poder quedarse en casa. Sí, quizá tengan razón.
No entiendo para qué me hago tantas ilusiones de volver a mi país, con mi familia. Todo empezó hace unos tres o cuatro días, cuando me enteré que mi viejo estaba interesado en las casas que tenemos allá. En realidad, no son nuestras. Bueno, teóricamente, sí. Cuando murió mi abuelo (hace apenas un año y unos meses…), le quedaron en herencia. Pero claro, mi abuela todavía está viva, y la turra de mi tía también. Así que se las adueñan. Hasta el departamento de Mar del Plata, en el que tantos veranos pasé ahí…
En fin, se estuvo preguntando si realmente hicimos bien en venirnos para acá. Yo creo que todo esto vino a la onda que le tiré el otro día de un supuesto viaje hacia allá. Resulta que la semana pasada se reencontró con los amigos de allá, los llamó por teléfono, etc. Y le entraron más ganas (sé perfectamente bien lo que se siente).
Después de un par de noches en vela, mi querido progenitor llegó a la conclusión de que esas casas están en barrios bastante inseguros (ya que están en las afueras). Entonces prefirió pensar en una casa en Belgrano. Una vez ya habíamos vivido allí… muy poco tiempo. Pero no voy a entrar en detalles ahora.
Lo que importa es que un par de amigos con los que se volvió a hablar le dijeron que hizo muy bien en venirse acá, ya que la calidad de vida en Argentina va de mal en peor con los años y no se puede comparar con Europa. Malditos sean. No me hicieron nada a mí, pero ese comentario me cortó las alas que me estaban creciendo de nuevo. También le dijeron que matarían por venirse para acá, entre otras cosas que ahora ya no importan. Pero lo que sí importa es que ahora el “proyecto regreso a nuestra tierra” se quedó en eso, en proyecto. Duró menos de una semana el sueño.
¿Y yo? No sé qué pensar. Él me remarcaba lo que le habían dicho sus amigos, diciéndome que viera lo bien que hicimos en venirnos. y yo repito, no sé qué pensar. Sí, hicimos bien. No tengo que ser egoísta y pensar sólo en mí. La balanza de los pros y los contras es muy extensa y no estoy para analizarla ahora, ni mucho menos, pero… aunque sea inseguro, aunque sea un nido de delincuencia y todo lo que él diga… yo quiero volver. A lo mejor no me quedo a vivir. Eso no lo sé. Créanme, es muy complicado decidirse, se los aseguro. No me caracterizo por tomar decisiones muy fácilmente. Y este dilema me acompañará por mucho tiempo.

viernes, 26 de febrero de 2010

1º BACHILLER (SEGUNDA PARTE)




Ya se habrán dado cuenta, que a partir de ese lamentable día, odio mis cumpleaños. Simplemente, me deprimen. Y me lo tomo así porque significa que me queda un año menos de vida. Pero bueno, continuemos con el interesante relato.
Como de costumbre, el primer día de clases me quedé sin nadie con quien sentarme. Estaba absolutamente harta de mi vida solitaria. La única consideración que mostraron hacia mí, fue Nicolás pidiéndome que me sentara atrás de él y de Julio (*suspiro de resignación*). Las mesas estaban juntadas de a dos, y a mi derecha no había nadie. No pasa nada. No va a hacer falta que ponga la mochila en el suelo; ésta va a ser mi silenciosa compañera, pensé.
Sin embargo, una chica se apiadó de mí. En la parte de atrás habían juntado tres mesas, y ella me preguntó si quería que se sentara al lado mío. Abrumada por tanta amabilidad, acepté tartamudeando. No tenía ni idea de en lo que me metía. Me doy asco por lo inocente que era.
Débora se llamaba. No voy a poner su nombre completo, pero sí voy a describirla. Era un año más grande que yo (en realidad casi dos). Teñida de rojo, ojos claros, alta, y modelo de profesión. Sí, trabajaba de modelo. En pocas palabras, era la chica más querida del instituto, la más popular, la que tenía más influencia, la que tenía más suerte, la que tenía todo. Yo nunca podría aspirar a ser como ella, pero por lo menos me conformaba con ser su amiga.
Nos hicimos muy amigas, tan unidas, que creí que estaba yendo todo demasiado rápido. Pero no me importaba. Iba a almorzar a su casa, me bajaba discos de internet (lo cual me hizo quererla aún más…), me integró en todo el colegio. Era un sol en mi oscura vida.
No tardé en abrirle mi corazón. Confiaba plenamente en ella. Le conté los problemas que tenía en casa. Ella me comprendió y me ayudó en lo que pudo. Realmente nos queríamos mucho.
Mientras todo esto pasaba, un día conocí al que no-debe-ser-nombrado. Sí, a ÉL. Me lo presentaron mis divinas amigas de las que ya hablé antes (bueno, una de ellas). En cuanto lo vi, supe que era la persona más linda que había pasado por mis humildes ojos. Por supuesto que yo en ese momento ya había olvidado a Coque (que hasta ahora era el más lindo que había visto en mi corta vida). Resulta que me ignoró completamente, pero no me importaba. Siempre que podía me la pasaba babeando por él. Hasta que una de ellas me dijo que tenía novia. Mierda.
Intenté olvidarme de él fijándome en algún otro. No había nadie como él, pero sí encontré a alguien que podía llegar a ser su sombra. Y le pedí a Debbie que me lo presentara, ya que ella conocía a todos (el decir la palabra Debbie me dio una puntada en el pecho, hacía muchísimo que no pronunciaba el nombre con el que sólo sus más allegados podían llamarla).
Bueno, se puso a investigar para mí, y, ¡qué sorpresa! Tenía novia. Ja. La puta que los reparió a todos los hombres. ¿Para qué mierda tienen novias?
Me encanta cerrar capítulos. Y creo que éste es un buen momento para hacerlo. Si tuviera cerca mi crema de whisky iría ahora mismo a tomarme un vaso, pero se me acabó hace dos semanas (creo… en realidad lo tengo borroso), cuando estuve deprimida. Lo más parecido que tengo es un jugo de moras sin azúcar. Brindo por todas las novias de los chicos que me gustaron, gustan y gustarán. Suertudas.
CONTINUARÁ

jueves, 25 de febrero de 2010

1º BACH (PRIMERA PARTE)


Estoy preparada para afrontar una nueva etapa en la historia de mi vida. Espero que no les resulte tan aburrida como la anterior. Bueno, empecemos.
Año 2005. Quince años. Empecé el bachiller. Mis amigos y yo elegimos el mismo colegio, así que estuve con la mayoría de ellos. Julio y Nicolás eligieron las mismas materias. Pero no eran mis únicos conocidos, lo que pasa es que los nombro porque son las personas que describí con anterioridad. Este año me hice muy amiga de Julio. Pero, as always, me estoy adelantando a los acontecimientos.
Conocí a unas amigas que iban 3 cursos menos que yo, pero que no tienen ni idea de cuánto me ayudaron cuando todos me abandonaron. Ellas siempre estuvieron ahí para mí. Las vi por primera vez en la parada del colectivo que me llevaba al instituto, aunque yo en ese momento no sabía que iban a ser tan importantes en mi vida.
El curso empezó un quince de septiembre, más o menos, y como todos ustedes saben, mi cumpleaños estaba muy próximo. Mi cumpleaños de dieciséis, el que cambiaria para siempre la forma de ver mis cumpleaños.
Desde que vivo en España, no me han entusiasmado demasiado estos acontecimientos. Cuando estaba en Argentina, los celebraba felizmente con mis amigos; son unos recuerdos inolvidables. Pero bueno, después fui perdiendo el interés… ya que no encontraba nada para celebrar. Ni siquiera hay que aclarar que no tuve fiesta de quince. Y no porque no quisiera. En primer lugar, acá no celebran eso. En segundo, porque no teníamos dinero. Y en tercero, porque ¿a quién iba a invitar? ¿A dos o tres personas? No.
El día en que cumplí los dieciséis, fui al instituto, como todos los días. Aunque no era un día normal para mí. Mis dos queridas amigas se acordaron de felicitarme, y eso que apenas llevábamos un par de semanas hablándonos. Eso me puso muy feliz.
Sin embargo, con el transcurso de la mañana, me fui deprimiendo más y más… Nadie se había acordado. Miento. Julio sí. Julio. Creo que de ahí en más fue cuando nos hicimos más “cercanos”. Pero no era la persona que quería que me felicitara, si no mi mejor amiga. No hablo de Noelia, porque ella no me acompañó en el bachiller. Hablo de Iris, otra chica muy amiga mía, o eso creía. Ya sé que es una estupidez, pero me sentí totalmente apartada, y me hizo darme cuenta realmente de cuánto le importaba a la gente.
En una de las últimas clases del día, la de francés, sin ningún reparo puse mis brazos sobre la mesa y apoyé mi cabeza sobre ellos. La estúpida de la profesora (ya les hablaré de ella, seguramente, con más detalle) me preguntó qué me pasaba, y yo le dije que era mi cumpleaños, y por lo tanto me deprimía. Entonces todos murmuraron un “ah, sí, su cumpleaños”, y algunos tímidos “feliz cumpleaños”, por los cuales tuve que respirar muy hondo para no mandarlos a la mierda, lo cual me iba a suponer una peor existencia en el instituto de la que tuve (ahora mismo necesito poner una canción fuerte, y elegí Cubicles, adivinen de quiénes…). También ese mismo día empecé a odiar a la puta de francés, lo cual no tienen ni idea de lo que esto iba a suponer.
Voy a cerrar el capítulo aquí mismo, porque tengo que ir agregando aspectos que iban ocurriendo a la par de éstos.
CONTINUARÁ

miércoles, 24 de febrero de 2010

La historia de Alba... (TERCERA PARTE)


Resulta que las profesoras de los más chicos son tan inútiles que necesitan de chicas (o chicos) con paciencia para elaborar y enseñar la coreografía de fin de año. Y yo ya lo había hecho en cuando estaba en 3º ESO, haciéndoles ensayar a los pequeños de 1º grado. Como yo me tomo las cosas muy a pecho, imagínense lo que fue. Fuimos los mejores, y no me lo invento. Las madres me felicitaron, y yo lloré como una tarada detrás del telón, desde donde podía permanecer para darles las indicaciones oportunas. Pero ni hizo falta, se lo sabían tan bien… que me emocioné. Les aseguro que fue un trabajo muy arduo, tuve que ganarme el respeto de los chicos con mucha dedicación y estrés. Pero lo conseguí.
Al año siguiente, elegí al mismo grupo, así me ahorraba el trabajo de adiestrar a otras bestias. Además, ellos me adoraban, todavía se acordaban de mí… aún ahora se siguen acordando, y eso que ya están en 1º ESO. Están enormes.
Volvamos a mi discurso. Esos últimos dos meses tuve que ensayar con los chicos, ensayar para mi estúpida actuación forzada de flauta (con nuestro amigo Tino-calvo) y ensayar el discurso. Ah, y elegir qué ponerme. Ah, y practicar para no llorar (aunque no lo conseguí xD). Bueno, también había otras cosas, como evitar una despedida con Rodrigo (lo cual no logré, como ya explicaré más adelante), tratar de evitar las hormonas alzadas de Hugo, y sacar las mejores notas posibles, ya que este era mi último año de la secundaria obligatoria.

Voy a hacer una acotación. El año anterior había preparado un baile con dos amigas (aunque al final sólo lo bailé con una). Fue un absoluto desastre, porque se equivocó en un paso muy evidente… pero de todas formas, en mi último año quería bailar algo. Incluso había convencido a Noelia, que ella nunca baila ni se pone en público ni nada. Pero no sé bien qué pasó y mi papá me castigó sin baile, me lo prohibió. Ahora que me doy cuenta, debería haberle desobedecido. Total no se iba a enterar. Me dio mucha rabia en ese entonces, porque ya tenía todo preparado con Noe, y la tuve que dejar con las ganas. Fue horrible.

Pero volvamos una vez más a lo más importante. Cuando llegó el gran día, el gran y ÚLTIMO día de clase, yo estaba histérica. Se me manchó la camiseta que había elegido tres semanas atrás con lápiz de labio, cosa rarísima, porque no me había puesto. Nunca supe por qué se había manchado. Menos mal que a la pollera no le había pasado nada, y encontré otra blusa decente para ponerme.
Todo fue un éxito, por supuesto. Primero, lloré con los de 2º, ellos estaban tan contentos también… Me tuve que recuperar rápido para salir a avisar de los siguientes. Más tarde, anuncié a mi propio hermano, que por ese entonces estaba en 4º de primaria. Qué emoción.
También me anuncié a mí misma, para lo de la flauta. Pero justo antes de esto, se produjo un “encuentro”. Rodrigo. Mierda, ¿qué hacía ahí? Eso mismo le pregunté. Ah, sí, la flauta. Mierda otra vez. Traté de evitarlo pero ya era tarde. Podía ser la última vez que estuviéramos a solas. Y así lo fue, por supuesto. Me miró de arriba abajo y me dijo que estaba muy guapa. Sí, bueno, también me lo había dicho Nicolás, y eso que sólo éramos amigos (en realidad me lo decía siempre que podía, como en carnaval, por ejemplo. Pero bueno, continuemos). Intenté contener las lágrimas, y tanta práctica dio su fruto. Las contuve, creo que no se me notó nada, aunque a él sí que se le notó mucha tristeza, ni siquiera podía sostenerme la mirada… qué cobarde, pienso ahora. Pero en ese momento no pensaba eso, jajaja.
Después del acto, Alba me felicitó, CON BESO Y ABRAZO. Y ahí me di cuenta que a lo mejor, muy en el fondo, me quería. Sí, creo que sí. O será que quiso copiarse de Antonio (otro profesor-escritor-jefe de estudios, que a mí nunca llegó a darme, pero me quería igual por todo lo que le contaban de moi). Nunca lo sabré. El caso es que en la nota final me puso dieces, me pidió encarecidamente que le diera copia de las famosas fotos que hice cuando fuimos a recoger los boletines (las cuales se las di al año siguiente, que la fui a visitar, y todavía no saqué unas copias para mí, porque le di las originales…), y me deseó suerte y todas esas cosas bonitas que ya me había dicho los demás pero que ella se había resistido. No, en el fondo, después de carnaval, me había empezado a tratar bien. Es más, ahora que me acuerdo, una vez me pescó hablando con Coque en un examen, y sólo me retó. O sea, no me lo retiró, no me puso un cero, y no me mandó a septiembre, como hubiera hecho con cualquier otro ser humano ordinario.

En fin, ahora cada vez que la veo me saluda sonriente, más que cualquiera de los demás. La veo cada tanto, porque mi hermano todavía está en 3º ESO. Pero todo esto no significa que le tenga aprecio. De todas formas, tengo que reconocer que es la profesora que más me enseñó lengua, y sobre todo gallego. Me ayudó muchísimo.
Bueno, aquí termina la apasionante historia de la profesora Alba. Espero que les haya gustado, y no se crean que me quedé vacía de recuerdos, nooo. Esto recién empieza. Hasta la próxima!

martes, 23 de febrero de 2010

Diario. Volúmen III


22-02-10
No tengo ni idea de por qué quedé así. Estaba hablando con la persona que más quiero en el mundo, pero se me cortó la respiración. No sé cuánto tiempo más voy a resistir esta tortura, pero es un dolor placentero, se los aseguro. El dolor de perderlo se me hace insoportable, y, créanme, lo experimenté dos veces. Fue horrible. No lo podría resistir una vez más, mi corazón no lo aguantaría ya.

Ya sé que esta es una de las notas más pesimistas que escribí hasta ahora, pero créanme que puedo ser mucho peor. No pretendo asustarlos, en absoluto. Necesitaba desahogarme escribiendo, ya que este teclado es el único aliado que tengo en este momento. Muchas gracias por leerme. Hasta pronto.

La historia de Alba y los más inteligentes de la clase (PRIMERA PARTE)



Hola de nuevo. Quedamos en que les iba a enlazar estos dos relatos. Pues bien, acá va.
Les recuerdo que Nicolás era el “chú chú de a metrés” de la Alba. Como bien se imaginarán, a mí me detestaba. Intentaba hacerme la vida imposible, pero una y otra vez fallaba en su intento. Era como la típica serie de anime en donde el malo intenta destruir al bueno, pero siempre lo derrota. ¡Sí! Exactamente eso.

Carnaval 2005. Un par de semanas antes de la fiesta del colegio, yo ya tenía perfectamente preparado mi disfraz, por supuesto (madre naturaleza). Pero no era lo único que iba a tener que preparar. Resulta que un buen día mi querida profesora favorita, y estoy intentando ser sarcástica, por si a alguien no le quedó claro, nos preguntó quién quería tener el enorme honor de leer el pregón que iba a abrir la fiesta del colegio. Por supuesto y sin dudarlo, levanté la mano inmediatamente, y recuerdo cómo ella intentaba no mirarme, pero como estaba prácticamente al lado de ella, no le quedó otro remedio que dirigirme su más hermosa sonrisa falsa y aceptarme como su primera y única candidata hasta el momento. Luego de un bueno rato de insistirle a su ojito derecho, se le ocurrió decir que el que se me uniera iba a tener un diez seguro en Gallego. Entonces Julio, dudoso, dijo que él también se animaba. Al final, y después de hacerse desear todo lo que pudo, Nicolás también accedió (cómo le gustaba hacerse rogar al muy guacho).
Entre los tres preparamos el discurso perfecto. Nos quedó divino, nos sincronizamos tanto que casi nos lo sabíamos de memoria. Cuando llegó el gran día, Alba estaba muy contenta con nosotros. Miento, sólo con la razón por la que se levantaba cada mañana, es decir, su “chú chú de la metrés”, su ojito derecho y su mano mágica, Nicolás. A mí sólo me dedicó un formal “qué guapa estás”, refiriéndome a mi original disfraz (que por cierto ganó el primer premio al disfraz no-grupal). Al pobre de Julio creo que no le dijo nada, pero no importaba, porque él me había confesado que sólo lo hacía por el diez en Gallego, que lo necesitaba como el aire que respiraba.
Dos o tres semanas después, cuando terminó el trimestre, nos llevamos el gran chasco. Julio se me acercó y me preguntó qué me había puesto en Gallego. 9, igual que a él.a Nicolás ni le preguntamos (bueno Julio igual se lo preguntó, pero era obvio), porque el chú chú de la metrés SIEMPRE tenía un diez. No importa que hubiera sacado nueves con algo en los exámenes (como lo hacía yo, y me ponía un simple y asqueroso 9). Entonces Julio se armó de valor y me dijo que se lo iba a ir a reclamar. Yo no quería ir, pero como vi que él estaba tan decidido, no podía abandonarlo, y fuimos juntos a la sala de profesores.

¿hace falta que les cuente nuestro resultado? Se nos rió en la cara. La excusa que puso fue que el 10 era para la nota final. Entonces, NO SÉ CÓMO, él se atrevió a preguntarle por qué le había puesto a Nicolás el 10. “Porque se lo merece. ¿Habéis visto sus notas?”. Le dije a Julio que nos fuéramos, y, mientras volvíamos a la clase, me di cuenta que él la odiaba tanto como yo, aunque no lo manifestara tan abiertamente. Sí, Julio tenía un comportamiento excepcional, y su temperamento era extraordinario. Muchas veces lo admiré por eso, aunque nunca se lo pude decir.
CONTINUARÁ

lunes, 22 de febrero de 2010

Los más inteligentes de la clase (SEGUNDA PARTE)


Volviendo a una clase de gimnasia en el año 2005 (finales de 4º ESO), un día nos tocó ponernos de a grupos de tres. Julio y Nicolás ya estaban con otro “nerd-patético” que ni siquiera viene al caso que me gaste en hablar de él. Después de llorarle un poco al profesor (como siempre) porque me había vuelto a quedar sola (no sé cómo ni por qué), ellos me acogieron en su grupo. Creo que de ahí en más nos hicimos prácticamente inseparables (con el “nerd-patético” no, ¿eh?).
Bueno, resulta que teníamos que preparar una pequeña obrita de teatro muda, usando nuestra “expresión corporal”. Sí, esto en gimnasia. Qué asco. Como se podrán imaginar, tuvimos que quedar en la casa de alguien para ensayar. Y elegimos la de Nicolás, ya que era una casa, y no un “piso” (acá le dicen así a los departamentos), y tendríamos más espacio, ya que éramos cuatro, y teníamos que movernos mucho.
Ese día casi me meo de risa, literalmente. Simplemente, no podía parar de reírme. No sé si logramos algo en concreto. Lo único que sé es que no pude parar de reírme cuando Julio imitó un tropezón muy sobreactuado. Qué bien que le salía, lo tengo muy grabado en mi mente. Estuvimos ahí como tres horas y después nos fuimos a la playa, que queda muy cerca de ahí. Hacía mucho calor ese día, y al atardecer casi no había gente en la costa.
Cabe aclarar que nuestra obra fue la mejor, por supuesto ^^.
Ahora bien, ustedes se preguntarán cómo enlaza esto con “la historia de Alba”. Muy simple, en la próxima entrega lo sabrán. Gracias por leerme.

Los más inteligentes de la clase (PRIMERA PARTE)


Acabo de releer lo que escribí anteriormente. Se nota que me emocioné jeje. Bueno, tampoco importa mucho, no voy a cambiar mi registro de vocabulario, porque no estoy escribiendo una novela, sólo mis memorias.
Antes de continuar con mi fantástica historia, voy a presentarles a otro personaje, muy importante en mi vida, por cierto. Éste es Julio, clon de Nicolás. Sí, dije clon. Si Nicolás se cortaba el pelo, a los pocos días Julio también. Tenían los mismos anteojos, el mismo estilo de ropa, el mismo color de pelo, la misma contextura corporal y, lo más importante… los dos eran nerds. Pero Julio jamás pudo alcanzar la “grandeza” de su amigo. Nunca llegó a sacar las mismas notas. Se le acercaba, pero no es lo mismo sobresaliente que notable, ¿no? (notable = muy bueno xD). En lo que sí siempre lo superó, fue en las artes, tanto en música como en plástica, ya que iba a clases de estas dos. Tocaba el clarinete y pintaba al óleo. Y yo sé que Nicolás le envidiaba estos aspectos, porque su secreto no era otro que aprender de recontra memoria toda la materia. Pero en las que no es de estudiar… ahí venía el problema (esto incluye gimnasia también, como se imaginarán).
Pero volvamos a Julio. Julio tenía sus “cosas”. Y con “cosas” me refiero a “peculiaridades”. Sí… ésa es la palabra. Voy a tratar de enumerarlas… Primero de todo, y lo que más me llamó la atención cuando lo conocí, fue que tenía una lista con los nombres de los profesores en donde les iba poniendo nota, según le caían bien o mal ese día. Es decir, les iba poniendo positivos y negativos y al final de la semana (o algo así) sacaba la nota media. Era un método de lo más rebuscado, pero muy preciso, como comprobé más adelante. Cabe aclarar que Julio era más reservado que Nicolás, y en 3º fue éste último el que me lo “presentó” y me contó de la existencia de esta lista. Yo creo que lo hizo con segundas, como queriéndose burlar un poco de él, pero en ese momento no me di cuenta, porque creía que eran verdaderos amigos. Pero me estoy adelantando… as always.
Continuemos con la enumeración. Julio tenía una memoria prodigiosa. Ojo, no estoy hablando sólo de los estudios. Se acordaba de muchos detalles que para simples mortales pasaban desapercibidos. Hay muy poca gente que se acuerda de tantas cosas, como él. Entre esa gente, me incluyo (qué modesta soy :P). Esta memoria maravillosa también le servía para poner en práctica otra de sus famosas peculiaridades: la imitación de los profesores. ¡si me habré reído! Yo les voy a ser sincera; Julio era una persona muy despierta, cosa rara en este lugar (otra persona despierta era Rodrigo xD). Entonces tenía un muy buen sentido del humor, aunque eso era muchas veces incomprendido, por ser en ocasiones un poco “rebuscado” para ciertos cerebros incultos. Era un excelente contador de chistes, sobre todo por la cara neutra que ponía al contarlos… nunca sabías con qué te iba a salir.
Ahora bien, yo no me hice amiga de él hasta 4º, al igual que con Nicolás. Justamente el hacerme amiga de este último me abrió las puertas para conocer mejor al otro. Llegamos a hacernos muy amigos los tres, realmente la pasábamos muy bien, se los aseguro. “las personas más inteligentes de la clase, unidas en un solo grupo”.
Me acuerdo de una anécdota de la clase de gimnasia. Yo, como siempre en toda mi maldita vida, odié esta materia. Y también odié, sobre todo este año 2005, cuando el profesor decía, “pónganse en parejas”. A ver, retrasado mental, somos impares, OK? ¿Es que no te das cuenta de que alguien va a quedar solo/a? adivinen quién era el/la afortunado/a. ¡Sí, muy bien, YO! No se pueden NI imaginar el trauma que esto me causaba. NO, NO SE LO IMAGINAN, NO TIENEN NI IDEA. Incluso esto me hace a acordar a cuando me peleé con mi profesora de Judo. Pero ésa es otra historia, que les prometo que se las contaré en estos días.
CONTINUARÁ
Por cierto, la foto la elegí a conciencia: seiya, yo, obvio. taiki, julio; y a mi izquierda, nicolás. jajaja creo que es darles demasiado merito xD

domingo, 21 de febrero de 2010

Diario. Volúmen II


UN DÍA COMO HOY, EN UN CUARTO CUALQUIERA (diario)
Estoy pensando en escribir alguna cosa, para matar el aburrimiento. Supongo que hoy es uno de esos días en los que la depresión me debería abrumar, pero mi estado de ánimo no es exactamente “deprimido”. Me duele la cabeza, y no tengo ganas de estudiar para sacar el carnet de conducir. Es demasiado aburrido, demasiado inútil.
En mi opinión (como me enseñaron en el colegio), no entiendo para qué hay tantísimas normas de conducción si nadie las respeta. Es estúpido. Me resulta una pérdida de tiempo estudiarme eso de memoria para después ver cómo la gente se te ríe en la cara haciendo lo que le sale de las pelotas (me encanta mezclar el lenguaje narrativo con el vulgar).
Ahh, mi jaqueca. Estoy convencida que es debida a mi aburrimiento. Estoy tan aburrida, que me siento vacía por dentro. Voy a poner algo de música para despejarme. Es raro, no tengo el iTunes puesto… hoy no escuché música. ¿ven a lo que me refiero? Estoy rara. Drowning Lessons. Creo que es mi preferida.

Ya sé qué es lo que me pasa. Estoy totalmente abrumada por algo que me contó una amiga. Me parece que hasta soñé con eso… quisiera olvidármelo.
Me acabo de acordar que nunca le dije a esta persona que muchas veces soñé con ella. Soñé que volvía al colegio, y ella estaba ahí. Soñé que volvía a mi país, y ella estaba ahí. Soñé simplemente un sueño sin sentido, y ella aparecía en él. Siempre estaba con la apariencia de la pequeña de once años que tengo grabada en mi mente y sin embargo, muchas veces soñé que tenía mi edad. Todo esto a lo largo de los años. Nunca se lo confesé, y ojalá algún día lo sepa. Estoy segura de que sí. Me puse tan sentimental que se me llenaron los ojos de lágrimas. Nunca me voy a cansar de agradecer que me haya vuelto a buscar. Significó un cambio muy radical en mi vida. Creo que dejé de sentirme completamente sola, dividida y vacía; a saber que había alguien muy lejos que todavía siente un cariño muy fuerte por mí. Y rezo por un día poder decírselo en persona.
Voy a poner The Ghost of you para llorar más tranquila, o simplemente para deprimirme un ratito más…

El lindo de Juanchito (el bebé) siempre me arranca una sonrisa. Tal vez no sea del todo malo tener que cuidar a un bebé una vez más. Por más triste que yo esté, él siempre está feliz. Qué inocente es. Y lo quiero muchísimo.
“Cause the hardest part of this, is leaving you…”
Terminé de desahogarme. Voy a ver si ya puedo subir esto, porque no tenía cobertura hace un rato. Gracias por haberme leído, y hasta la próxima.

La historia de Alba, parte II


La historia de alba, parte II
Escuchando Creedence… ahhh Down on the Corner… No es una música muy indicada para hablar de mis enemigos pero bueno (sería mejor estar escuchando Three Cheers for Sweet Revenge aunque no importa).
¿En qué nos habíamos quedado? Ah, sí. En que descubrí la gran verdad sobre los exámenes de Nicolás. Sí… ¿Era totalmente injusto, o es que yo soy demasiado estricta? Yo creo que si a todos nos bajaba la nota por las faltas, no debería haber hecho la vista gorda con él. Porque tampoco era una vez, o una sola falta de nada. Eso sería más que comprensible. ¡¡¡ERA SIEMPRE!!! Muchas veces podía restar un punto entero con todo esto; ella se las marcaba pero no las restaba. Después se las mostraba, reprochándole que habían sido demasiadas, y después en bajito le decía que no se las había contado. Él se lo agradecía tímidamente.
Más tarde cuando él me mostraba su examen, yo se las veía. Un día me animé a preguntarle acerca de este asunto, tratando de no parecer molesta (obviamente lo conseguí, pero bueno, también estaba en mi derecho, ¿o no? Aunque supongo que él no tenía la culpa…). Me contó que él nunca le había pedido que ella hiciera eso, lo cual me pareció totalmente obvio. Según él, no sabía por qué se lo perdonaba. POR FAVOOOOOOOOOOOOR. Dejáte de jodeeeeer. No le dije eso, pero me reí en su cara xD. Y también lo hizo la pesada chusma - estúpida - insoportable – inquieta – pegajosa que tenía delante de mí, que por supuesto estaba escuchando todo lo que hablábamos. Esa tarada me pedía la hora solo por joder. ¿Por qué no se compraba un reloj, la muy idiota? Bue, dejemos a esa, que no viene a nada ahora.
Después de ese acontecimiento, Nicolás se dedicó a mostrarme cada cosa que le perdonaba, como si fuera un trofeo, como si estuviera orgulloso de eso. Yo simplemente me limitaba a arquearle las cejas y a reírme falsamente. Me parecía demasiado injusto. Yo no tenía ninguna falta, y casi siempre sacaba unas décimas menos que él. Qué rabia.
Creo que voy a cerrar este capítulo acá. Está sonando I put a spell on you… y me “hechiza” esta canción. Voy a ir a picotear algo y a ver si después sigo un ratito.
CONTINUARÁ

sábado, 20 de febrero de 2010

La historia de Alba (PRIMERA PARTE)


La historia de Alba
Estoy en racha, llevo como media hora escribiendo. Hace muchísimo que no tomaba tanta carrerilla, se los juro. Desde antes de mi lesión. Estoy completamente entusiasmada, hasta me desconecté de internet para que nada me distraiga, llevándome el portátil (laptop, notebook, o como mierda le digan) a un lindo sofá, lejos de la cobertura wifi. Lástima que el living esté muy concurrido. Por ahora me la aguanto… no, ya no. Me piro a mi cuarto.
Ahhh… qué linda mi camita. Con la panza sobre el colchón, me dispongo a seguir con mi relato. Esperen, me faltan mis mitones preferidos. Ya. Continuemos.
Les presento a Alba. Creo que ya habían oído hablar de ella, si es que son fieles seguidores a mi hermosa biografía. (el Word me subrayó en verde la palabra “les”, la primera del párrafo. Está en pedo o qué, quiere que ponga “le”. Yo hablo en plural porque me da la gana)
Después de este lapsus, volvamos con Alba, la puta de Alba. Profesora de Lengua Castellana, Lingua Galega, y Francés. La conocí el primer día que fui a clase, como ya conté antes. Me trató de estúpida. Pero claro, como me saqué un 9.80 en el primer examen de francés, habiendo estudiado todo lo del curso en apenas dos semanas, y encima fui la nota más alta, tuvo que guardarse muchas cosas. En vez de felicitarme, simplemente le contó a toda la clase acerca de mi nota, y que estaba muy decepcionada con todos lo demás, etc. Qué hipócrita. Ni una sonrisa me dedicó. Se calló de culo cuando me saqué un 10 en literatura. Era un examen de la Celestina (me encanta). Se me acercó y me dijo que hacía mucho tiempo que no ponía un 10 a alguien. Estaba realmente emocionada.
A partir de ese día, se dedicó a poner 10- (sí, diez menos) a su ojito derecho, el “chú chú de la metrés”, mi querido amigo y rival Nicolás (esto me hace acordar a… SI HAY ALGUIEN QUE SEPA DIFERENCIAR ENTRE LA AMISTAD Y LA DEPORTIVIDAD, ÉSE ES RAFA NADAL jajajajajaja otro hipócrita). Volviendo al tema, yo en tercero no me llevaba mucho con él, y no éramos “amigos”. Pero después en 4º se sentaba al lado mío, y, bueno, empezamos a hablar más… sí, podría decirse que surgió amistad. Nos teníamos cierto aprecio. Siempre nos preguntábamos respetuosamente lo que habíamos sacado en los exámenes, y nos los prestábamos para verlos. Entonces ahí descubrí una realidad que me dejó perpleja. Alba le perdonaba la mayoría de las faltas de ortografía. Resulta que esta profesora, nos restaba 0.15 de la nota final por cada falta, por más mínima que sea (a mí me lo hacía, pero como yo no tenía faltas, se cagaba. Creo que una o dos veces me descubrió que me olvidé algún tilde o algo, pero en gallego, no en castellano). El caso es que Nicolás sí que tenía faltas. No muchas, por supuesto. Pero a menudo se olvidaba de algún tilde, o se confundía alguan V o B, Y SE LOS PERDONABA. Eso me reventaba…
CONTINUARÁ

RECUERDOS DE 2004-2005 (TERCERA PARTE)


Año 2005, epílogo
Sí, creo que este año fue el mejor de todos. ¿el mejor en qué? No sé, le tengo cariño a mi 4º ESO. Bueno, esto implica parte del 2004 también, claro. Fue el curso en el que estuve enamorada al cuadrado. Qué experiencia tan extraña, y tan llena de alegrías a la vez. De todas formas sé perfectamente que no soy la única persona que alguna vez estuvo enamorada de dos personas a la vez. O sea, me avergüenzo, pero no me arrepiento. Es muy extraño, lo reconozco.
Recuerdo que una vez, en la clase de informática (qué clase tan maravillosa, siempre fue mi preferida, desde chica…), yo había llevado un reloj de pulsera en forma de flor. Todavía lo tengo por ahí. Era rosa, y grande, era como una pulsera. El idiota de Coque me preguntó la hora para burlarse de mi reloj. Como después seguí preguntando lo mismo, para que todos lo escucharan, y yo estaba recontra enculada, es como que le dio pena… (tarde, el daño ya estaba hecho, yo era muy vulnerable a las burlas, el blanco perfecto). Así que me preguntó por un anillo que tenía, todo plateado, así como de alianza. Le expliqué de mala manera, que me lo había encontrado hace poco, lo cual era verdad. Me lo encontró mi amiga Noelia. Ese día lo levantó de debajo de un banco en el patio del recreo y me lo mostró con una sonrisa, y yo le contesté “sí, quiero”, jeje. Matándonos de la risa, me lo puso en el dedo. Pero esto no se lo conté a él.
El caso es que al otro día, vi que él tenía el mismo anillo que yo ^^. Qué coincidencia. ¿coincidencia? A lo mejor se acordó de que lo tenía. Eso es lo más probable. Pero yo soñaba con que se lo había puesto por mí. Qué ilusa. Nunca se lo pregunté, es una cuenta pendiente que tengo. Si me hubiera muerto ese año, seguro que mi alma vagaría en pena hasta que le haya podido preguntar eso. Oops, me fui a la mierda. Volvamos al relato.
Hugo. El segundo más lindo de la clase. Repetidor, como Rodri. Atleta, bronceado, castaño claro y ojos verdes. Lo mejor: andaba tras de mí. Fue la primera persona que me pidió para salir. Me acuerdo bien de ese día.
Acabábamos de salir de la clase de gimnasia, que era la última del día. Subimos a nuestra clase (porque el gimnasio estaba en el piso de abajo) y yo me di cuenta de que él estaba haciendo tiempo, guardando lentamente sus cosas mientras me miraba de reojo con una sonrisa extraña. Sólo por ver qué quería, yo también me puse a hacer tiempo descaradamente, hasta que nos quedamos solos y de lejos me dijo rápidamente:
-Paulina, quieres salir conmigo?
Yo casi me caigo así como en el anime, con gota y todo. Y le dije NOOOOOOO. Inmediatamente salí corriendo antes de que me persiguiera, pero puede llegar a escuchar cómo se reía.
A partir de entonces comenzó a perseguirme como si estuviéramos en primaria, pero no tan inocentemente. Me daba palmadas en el culo (¡¡a veces me dolían!!) y después yo lo perseguía, aunque casi nunca lo atrapaba, era muy rápido el muy “cabrón”. Muchas veces nos peleábamos delante de todo el curso, en los cambios de clase, cuando los profesores se habían ido. Yo con mi torpeza empujaba las mesas y todo para atraparlo. En varias ocasiones me fijé en si alguno de mis “amores” me miraba. Sí, Coque se reía (siempre se reía de mis desgracias cuando no estábamos solos…) y Rodrigo miraba para otro lado como si no escuchara nuestros gritos.
Pero bueno, tranquilos, tenía bien claro que Hugo sólo me tomaba el pelo. No quería salir conmigo de verdad, sólo le gustaba un poco y me molestaba. Me acabo de acordar de que una vez me preguntó delante de Coque si yo tenía novio. “qué mierda te importa” le dije. Después me despeinó y se fue, riendo. Luego Coque me dijo, “no le contestaste”, y ahí me di cuenta de que era muy probable de que él le hubiera pedido que me lo preguntara, porque eran muy amigos. Le contesté que no y ahí murió el tema. Imagínense que eso me dejó pensando bastante…
Bueno, aquí se termina este epílogo de trío o cuarteto amoroso. Voy a seguir contando cosas de 4º, pero no exclusivamente del amor, que ya le dediqué bastante. Aunque bueno, era necesario :P.
Espero que les haya gustado y ya voy a ir escribiendo la próxima entrega de mis aventuras en la secundaria xD. Hasta la próxima.

RECUERDOS DE 2004-2004 (SEGUNDA PARTE)


Año 2005
Por si todavía queda alguna duda, sí, me enamoré de Rodrigo. Era increíble, no podía creer que estuviera enamorada de dos personas a la vez. Era algo… horrible. Me avergonzaba de mí misma. Pero es así. La diferencia entre ellos era que, por un lado, estaba el coqueto de Coque, lindísimo y divertidísimo y todo lo que quieran; rubio, ojos azules, con mechas marrones y alto… por el otro, estaba Rodrigo, una persona comprensiva, divertida, con los mismos gustos que yo, ojos claros, muy alto y con casi dos años más que yo (él tenía 17)… para serles sincera, no era tan lindo como el otro pero… eso era lo de menos. Lo más importante: era mi amigo. Porque en realidad Coque no lo era, ya que cuando estaban sus amigos delante, me trataba como si fuera una basura, o simplemente me ignoraba. Sí, estoy segura de que yo le gustaba, pero era demasiado orgulloso como para demostrarlo públicamente. Sólo lo hacía cuando estábamos a solas en informática.
En los recreos me la pasaba con Rodrigo… sus amigos lo cargaban conmigo, ya que él era muy tímido. A mí no me importaba, yo lo defendía. Uno de los que más lo cargaba era Coque… y bueno, ya se imaginan la razón. Cada vez que eso ocurría, terminaban peleándose. Era como en un sueño jajajaja… qué tiempos aquellos. De todas formas, repito, ya sé que es algo anti natural estar enamorada de dos personas a la vez. No soy como Bella Swan, que todo le parece happy, la típica boluda alegre…
Un día, estando en la clase de informática (a la que Coque no asistió, no sé por qué), Rodrigo y yo tuvimos un casi-beso. Dios mío, creí que me moría. Por suerte reaccioné rápido antes de que alguien nos viera. A la salida, yo me fui rápido, estaba totalmente aturdida, pero entre el gentío escucho que me gritan mi nombre… esa voz, tan bajita… sí, me estaba llamando. Él.
Me dijo algo así como…
-Paulina, yo… yo… te quería decir algo.
-Sí, dime- contesté yo, sabiendo perfectamente lo que estaba por decir.
-Eh… qué era… yo…- no me miraba a los ojos.
(mientras, yo pensaba, sí, dimelo ya mismo, dime lo que quiero oír, sin miedo, POR FAVOOOR)
-Yo… te quería preguntar…
-Sí, dime- le solté.
-Te quería preguntar… para cuándo es el trabajo que mandaron, porque no presté atención.
Creí que me moría, pero recuperé inmediatamente la compostura y le respondí con una sonrisa lo que quería saber.
Después de eso me di cuenta de que nunca me iba a pedir nada. Era demasiado tímido. Pero yo también… no sé quién era más patético de los dos, pero yo no iba a dar mi brazo a torcer, no le iba a confesar nada. No por orgullo, eh, que quede claro. Simplemente no podía. Tenía ganas de agarrarlo y decirle: Rodri, quiero que salgamos a dar una vuelta, o a tomar algo, o lo que sea. Pero no. Nunca surgió. El casi-beso se quedó en eso, en un casi.
El último día de clase, les pedí a todos que se pusieran todos juntos para la foto, y tuve que obligar a Coque a que fuera. Ese día estaba más arisco que de costumbre, pero no me importó. Al final logré tener la única foto de él, y de Rodrigo. Creo que siempre quise más a este último, creo que ese sí era amor real, mi verdadero primer amor. Porque al otro lo amaba y odiaba al mismo tiempo… no sé, era algo raro, bueno, ya saben por qué.
Ese mismo verano, en agosto del 2005, me encontré a Rodrigo por la calle. Iba con un par de chicas, y me vio, pero no me saludó. Estaba muy cambiado, hasta se había dejado un poco de barba. Y fue ese mismo día, cuando me di cuenta de lo desgraciada que me había hecho verlo así.
Aquí termina este capítulo de mi vida, muy resumido, obviamente. Espero no haber cansado a nadie, no era mi intención. Simplemente quiero que sepan más sobre mi escandalosa vida, tan aburrida y desdichada como la peor, solo que con problemas insignificantes, que en mi cabeza se convierten en montañas gigantes para escalar. Gracias por leerme, a mí me hizo muy bien escribir esto, se los aseguro.
continuará, con más detalles del 2005

viernes, 19 de febrero de 2010

RECUERDOS DE LOS AÑOS 2004-2005


Año 2004
Estuve hasta febrero sin ir al colegio. No recuerdo exactamente la fecha, pero sí sé que fue después de San Valentín.
Desde las vacaciones de navidad, en diciembre, no hice otra cosa que leer los libros del Señor de los Anillos… en idioma gallego (puaj). Los pude retirar del la biblioteca del Centro Cívico. Sí, fue un momento muy especial cuando leí por primera vez la fiesta de cumpleaños de Bilbo Bolsón. Para ser sincera, tenía muchísimas ganas de leer esos libros, porque me la pasaba viendo carteles de las películas, y obviamente no tenía dinero para ir al cine, y aunque tuviera… ¿con quién iba a ir?
Fue increíble, me causaron muchísima impresión. Reconozco que se me escaparon las lágrimas cuando Gandalf cae por el precipicio, después de proteger a la comunidad del Balrog. Y también se me escaparon cuando en el medio del segundo libro, reaparece como Gandalf el Blanco. En realidad, no esperé a que apareciera. Ojeé el libro y lo vi en uno de los diálogos… antes solía hacer eso continuamente, lo de leer primero el final, o abrir por la mitad el libro y leer al azar una parte. Por supuesto que después me arrepentía, y aún ahora tengo que autocontenerme para no hacerlo…
Bien, ya sé que me fui por las ramas, aunque ustedes no lo saben, porque no tienen ni idea de lo que quería contar en esta nota – diario. Resulta que quería hablar de mi expectación por entrar de nuevo en 3º ESO, por el nuevo colegio, por las ganas de empezar una nueva vida y dejar todas las penas atrás. No tenía ni idea de que mis futuros compañeros ya sabían de mi existencia, y que ellos me esperaban como si fuera algo así como “la protegida”. Les juro que al principio me gustó la idea, pero a medida que me fue aburriendo, a ellos también parecí aburrirles. Pero creo que me estoy adelantando en los acontecimientos.
Volviendo al tema, mi expectación era máxima. Tenía muchas ganas de conocer gente nueva, y de “ligar”… jajajaja. Sí, era bastante ilusa en esa época. Pero supongo que con catorce años no se piensa en otra cosa. Lo tenía muy claro, pero a la hora de la verdad…
Por fin llegó el día. Fue uno de los años en los que yo más ganas tenía de volver al colegio. Sí, yo era así, puede parecerles raro. No me importa. Me siento orgullosa de eso. Pero bueno, lo que sí es importante, es lo que sentí la primera vez que pise mi clase.
Estaba en el tercer y último piso. Me acuerdo que fue un lunes a la tarde (el único día que teníamos que asistir en doble jornada). Estaba Tino en la clase de música. El director me llevó amablemente hasta la clase, golpeó la puerta y entró (sin esperar a que le dijeran, “adelante” o “pase”). Lo primero que vi, después del profesor-pelado-Tino (Tino-calvo), que me miraba con sus ojos saltones, y se me acercaba amistosamente, fue al que iba a ser mi amor durante los siguientes dos largos años. Fue un amor a primera vista. Sí… hace poco lo vi y ni siquiera me saludó el muy estúpido. Se hacía el interesante en su auto.
Como estaba sentado al lado de la puerta, y me miraba con la boca abierta, supongo que fue por eso que no podía sacar los ojos de él. Hasta que me di cuenta de que me estaban presentando.
Me sentaron delante de todo y sola, ya que era el único banco que quedaba libre, justo el de en frente a la mesa del profesor. Qué suerte la mía. Todos podían mirarme a placer. Pero yo no podía fijarme en nadie desde ahí.
Justo la clase de música. Mi preferida. El profesor me tomó solfeo para comprobar en qué nivel estaba, y no terminé de dar las lecciones porque si no, no le iba a dar tiempo a tomarle a los otros. Quedó impresionado ^^.
En el cambio de clase, todos mis compañeros se me acercaron a lo loco y se pusieron alrededor de mi mesa, se presentaron diciéndome todos los nombres, y creí que nunca iba a aprendérmelos. También hay una anécdota… bueno, sí, supongo que es el momento oportuno de contarlo.
Había una chica, que era la que más hablaba, que estaba abrazada con un chico, al que denominó con un nombre de mujer. Yo creí que le estaba tomando el pelo, pero al día siguiente, me di cuenta de que realmente era una mujer. Dios mío. Menos mal que no metí la pata y me di cuenta por mí misma. ¿Que cómo me di cuenta? Jeje, qué pregunta. Porque… eh… se levantó no sé para qué y vi que tenía pechos, un detalle en el que no me había fijado antes. Sí, patética.
Rebobinando, obviamente el chico que me había llamado la atención no se apareció por mi mesa. Fue de los pocos que me miraron de reojo desde su sitio. Miento, en realidad no me miraban de reojo. Me miraban descaradamente.
Después de todo esto, llegó la puta de Alba (lengua, gallego y francés) y todos salieron corriendo hacia sus asientos. La estúpida de la profesora me habló todo en gallego, a propósito, pensando que yo no entendía. Se calló de culo cuando le contesté fluidamente en su idioma. También se creía que nunca había tocado un libro en mi vida. Probablemente me confundió con alguien del “tercer mundo”. Desde ese preciso instante la odié, igual que ella lo hizo conmigo. Pero tenía que morderse el labio cada vez que la cagaba sacando más nota que su preferido. A ese sí que le perdonaba todo en los exámenes para que tuviera más nota que yo. Al año siguiente, en 4º, me trató mejor, pero de nuevo me estoy adelantando en los acontecimientos.
De ahí en más empezó mi experiencia en el colegio Possumus. Mentiría si digo, “la pasé completamente mal”. Sí, ahora que miro atrás, me compadezco de mí misma, pero yo en ese momento no me daba cuenta de todo lo que me hacían. Era demasiado inocente…
El pesado que tenía sentado atrás no paraba de joderme la vida. Cuando me quejaba al profesor de turno, se mataba de la risa. Más adelante comprendí que me tenían de “hazmerreír”, el centro de las burlas. Pero por supuesto no eran tan maliciosas como en los colegios anteriores, así que fue soportable.
Este año conocí a mi mejor amiga, Noelia. Yo en ese momento no sabía que le iba a otorgar tal título, pero se lo merece. Me acuerdo que me hacía unos dibujos decapitando a mi papá (jajajajajaa) y a la Alba. Ah… qué recuerdos… todavía los debo tener por ahí.
El primer o segundo día me descubrieron que tenía el pelo larguííííísimo, y se rieron bastante tiempo de eso… pero bueno ya estaba acostumbrada. Recuerdo que un día se me dio por hacerme las trencitas de Legolas… y a mi amorcito le chiflaron. En realidad, no eran las trencitas de Legolas, pero él las denominó así, incluso mandó a un amigo de él a preguntarme:
-¿Esas trenzas son las de Legolas?
-¿Esto es para Coque? – él estaba mirándome fijamente al lado de su amigo. Sinceramente no sé por qué no me dirigía la palabra cuando estaba acompañado… (bueno, sí que lo sé) - Sí, es que me gusta mucho.
-Ah, ¿sí? ¿te gusta Coque?
-Nooooooooooooooooo, quiero decir, que me gusta Legolas- les contesté poniéndome toda roja, y el amigo se mataba de la risa. Ni siquiera me acuerdo su nombre, pero bueno, supongo que ahí ya no le quedó ninguna duda a Coque de que me gustaba. Qué le voy a hacer.
Qué cosas que me acuerdo… desde aquel día me di cuenta de que me había enamorado del ser más altanero que conocí. Mentiiiiiira. No me di cuenta, eso lo digo ahora. El amor es ciego... Por supuesto, lo mantuve en secreto, como había hecho toda mi vida, desde que en primer grado le dije a una nena el que me gustaba, después de que me hubiera dicho que no se lo iba a decir, e inmediatamente dio media vuelta y fue a contárselo. Jajaja qué infantil fui. Aunque eso sonó un poco redundante, ya lo sé.
Al año siguiente, tuve la suerte de sentarme con Él en informática. Me mató cuando me eligió para sentarme con él, quedaban otros sitios libres, me acuerdo bien. Pero me eligió a mí. Creo que estuve toda la semana shockeada con eso.
Qué bien me lo pasé ese día. Al lado tenía al que me gustaba desde hacía meses y al otro… un chico que ni hablaba. Qué importaba. No paraba de reírme con las tonterías de Coque, era como si nunca me hubiera ignorado.
Un día, a la semana siguiente, me quedé después de clase (como intentaba hacer siempre que había una computadora delante) para pasar el rato en internet. Me quedé yo sola en la clase, y también estaba el chico que tenía al lado, ese que no hablaba. Era como una pared. Como soy muy curiosa miré lo que estaba haciendo en la compu y para mi sorpresa… estaba buscando fotos de Avril Lavigne. A mi me encanta. Y como soy muy sociable (sí, claro)… bueno, no seré sociable pero sí sé romper el hielo, le pregunté si le gustaba Avril. A partir de su respuesta positiva, nos hicimos inseparables. Me grabó los discos, hablábamos de Linkin Park (a mí antes no me gustaba, pero ya hablé de esto en una nota pasada), de internet (compartíamos la misma pasión)… y bueno, en las clases de informática, me la pasaba hablando con él. Voy a explicar esto.
Resulta que teníamos dos horas consecutivas de informática, y Coque en la primera nunca estaba porque tenía una clase de refuerzo de no sé qué. Entonces me la pasaba hablando con rodrigo. Me acuerdo que un día me tenté tanto, que no podía parar de reír y la profesora me miró con cara rara (porque yo era una santa :P). sí… era porque estábamos haciendo una competición de clicks… todavía me acuerdo. Casi rompe el mouse. Después cuando venía Coque, no dudaba en mostrar sus celos de que no le prestaba atención. Qué estúpido. Más adelante se hizo amigo de Rodrigo también, y los tres juntos pasamos horas divertidísimas juntos.
(CONTINUARÁ)

nota del facebook, con sentido oculto


09-02-10

Primero de todo, quiero dejar claro en esta nota, que no me considero una roquera, ni una heavy, ni nada por el estilo. AsÍ que pido perdón a los que les haya causado una mala impresión en este aspecto. Sí, me gustan algunos grupos de rock, pero del alternativo, y se cuentan con los dedos de una sola mano.
Hasta el año 2006, escuché exclusivamente pop (internacional, nunca el de aca por dios!!), punk (simple plan y green day) y un poco de reggaetón (si, me avergüenzo de ello, y tengo todavía dos discos de esa basura por ahí. Qué le voy a hacer, a los 15 años yo buscaba encajar, y esa era la única manera de tener algo en común con cierta gentuza…).
Cuando un buen día vi en la tele, el video de Welcome to the Black Parade (daré las gracias eternamente a Telehit), memoricé el nombre de ese grupo, el cual me hizo mucha gracia y me pareció hasta patético. Como me gustó la canción, bueno, más que gustarme, me llamó la atención (porque yo necesitaba algo más fuerte que el estilo punk, aunque yo no lo sabía todavía), decidí buscar en internet. En ese entonces, recién empezaban a aparecer las páginas de descarga directa, y era muy difícil encontrar este tipo de cosas. Pero logré hacerme con unas canciones (gracias a RusWap… qué recuerdos!!). éstas eran: Welcome to the Black Parade, Cemetery Drive, Heaven Help us, You Know what they do to Guys Like Us in Prision (en versión Life on the Murder Scene), Helena y I’m not OK. Las tres primeras, me gustaron mucho, pero… las otras eran un bodrio para mí. Mis oídos no estaban acostumbrados a semejante sonido tan estremecedor. Sobre todo la de you know… por dios, me resultaba espeluznante, horrible, sin melodía alguna, griterío puro (todavía me lo parece xD. Bodrio melodioso).
Pero bueno, yo no tenia compu en ese entonces, y gracias a mi profesor Ramiro de filosofía (ayy como lo extrañoooo), que me dejaba usar su compu para cosas “extra-escolares” pude llenar mi iPod de 512mb con estas canciones, entre otras que no vienen al caso (bueeeeeeeno, sí, eran de green day, keane, robbie, rasmus y simple plan). Me las pasé todas aunque no me gustaban del todo, y quedaron ahí bastante tiempo sin poderlas borrar, ya que no tenía cómo hacerlo. Sólo podía usar esa compu algunas veces, y tampoco quería abusar de su amabilidad. Imagínense cómo me cargoseaban…
Justo en ese entonces, sufrí una de las mayores desgracias que me ocurrieron en mi vida, la cual se trata de que una amiga a la que le había abierto completamente mi corazón, me traicionó de una manera vulgar y estúpida. Por supuesto, esto no viene al caso en este momento. Pero para los curiosos/as, esto me hizo llorar igual o más que cuando me abandonó ese hijo de puta, embustero y … grrrr.
Volviendo al tema, empecé a escuchar el tema I’m not OK, aunque me pareciera tremendamente escandalosa al principio, pero al final le fui encontrando el gusto (sobre todo no me aguantaba la parte del “I’m O… Kaaaaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyy”, ya saben a lo que me refiero xD). Pero esa canción me hacía desconectar, me escondía debajo de las escaleras en el recreo, y ponía esa canción a buen volumen y… bueh. Eso.
Al final, terminaron gustandome todas las canciones que me había bajado (hasta la de You Know, que esa SÍ que no me la bancaba jajaja… resulta que terminó siendo mi preferida, cada nota, cada palabra… me la aprendí de memoria. Y eso que yo no sabía que esa no era la versión original).
Después de un tiempo, necesitaba más. Era como “mi marca de heroína”. Conseguí las canciones Famous Lasts Words y My Way Home Is Through You, ya que acababan de sacar ese disco de single. La primera ya la conocía, y la otra la escuché tanto como a You Know… también conseguí un disco, I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love. Por supuesto, no tenía ni idea de que era el primero, ni nada de nada. Fue lo único que encontré para bajar, junto con un disco en directo, Live at Koko, y también me hice con él.
Qué decepción. La única canción que me bancaba de ese disco era Romance. Jajajajajaja. No las soportaba, eran demasiado para mí. Y por supuesto que el del directo también me desilusionó. Sin embargo, no los borré, los dejé por ahí, grabados en un Cd… era difícil de creer que teniendo unas canciones tan buenas, ese disco fuera tan mierda. Pero bueno, también me había pasado con mi canción preferida de toda la vida, The Reason, de Hoobastank. Realmente me da asco ese grupo, pero amo esa canción. Ah, y también me gusta otra de ellos, que ni me acuerdo el nombre, pero nada que ver.
Puff, cómo me estoy extendiendo. Es que estoy muy inspirada. Si fuera siempre así con mi novela… bueno, dejémoslo ahí.
Mientras todo esto pasaba, conocí a Linkin Park. ¿Cómo? Ay, qué curiosos que están xD. Resulta que en 4º ESO estaba loca por un chico al que le gustaba mucho este grupo, pero bueno nunca había buscado nada de ellos. Pero bueno, en este momento yo estaba jugando a la saga del Prince of Persia (qué juegazooooooo), y como eran bajados de internet RIP, no tenían los videos, así que los busqué en youtube, porque me picaba la curiosidad la historia. Y encontré uno con Numb. Aaaaaaaaaahhh qué canción. Bajé ese disco y me gustaron todas. Pero bueno, el nuevo álbum es una mierda pura.
{Después de esto cabe decir que me fui a dormir y que ahora ni sé cuál era el propósito de esta nota, pero voy a intentar seguir con el relato al menos.}
Siguió pasando el tiempo, y como las canciones de My Chem eran demasiado fuertes como para negarme a seguir buscando sobre ellos, me bajé otras canciones (también de un Wap ruso xD). Éstas eran: Dead!, The Ghost of You, The Sharpest Lives y I Don’t Love you. De la primera, fue amor a primera oída. Las dos siguientes, en seguida terminaron gustándome. Y I don’t Love you también. A partir de ese momento, decidí buscar los discos de ellos, porque era evidente que había más canciones que no eran del estilo de ese “bodrio”. Conseguí los dos discos que me faltaban, busqué información, me hice con cientos de fotos… y me bajé Hoboken, de The Black Parade is Dead!. Ahí sí que me enamoré. Las canciones que quedaban que no me terminaban de gustar, porque no las había escuchado bien, terminé por adorarlas. Prácticamente me aprendí de memoria ese video, y por supuesto quería más, y más, así que logré conseguir el Mexico City de The Black Parade is Dead!. Ay dios. Me acuerdo que el primer día que lo escuché, estaban arreglando el edificio, y estaban usando los taladros a 5 o 6 metros de donde estaba yo, y no escuchaba ni mi propia voz. Cuando apareció él en la camilla me puse a reírme como una loca (ahora me dieron ganas de verlo xD).
Cabe aclarar que es absolutamente obvio que me puse a escuchar el primer disco y que de a poco me fueron gustando las canciones, igual todavía hay una que no me gusta (This is The Best Day Ever). Bueno, ahora ya saben cómo nación mi amor-obsesión. Ni hace falta decir que tengo todo de ellos, y sin embargo necesito más.
Ahora que volví a leer esta nota, que más que una nota parece un relato corto, no sé para qué escribí lo de Linkin Park, pero, ya les digo, en realidad esta nota tenía un propósito, que me lo olvidé, así que quedará oculta para siempre en los confines de mi cerebro.
A continuación, voy a pegar esta nota en el Facebook, etiquetar a algunos amigos y esperar sus comentarios. Espero que no les haya aburrido, y no sean malos y comenten algo lindo :P. por cierto, no hace falta que me digan que soy una excelente narradora, porque ya lo sé, pero bueno nunca está de más que me alaben un poquito xD.

Diario. Volúmen I



16-02-10
Llevo ocho años (y doce días) en este país, el cual me ha dado más tristezas que alegrías. No estoy para detallarlas ahora, ni mucho menos. Lo único que pretendo con esta narración es explicar el tema de mi forma de ser, más precisamente de mi forma de hablar.
A mi bisabuela (por parte de padre), la cual era de Cataluña, le decían la gallega. Esto le molestaba mucho, ya que nosotros allá generalizamos el término “gallego” para llamar a todos los españoles; pero la realidad es muy distinta. Es como si mezcláramos a un porteño con un santafesino (y no miro a nadie). En todo caso, a ella le habría gustado que la llamaran catalana. Volviendo al tema, mi bisabuela ahorró muchos años para volver a su tierra natal. Y lo consiguió. El caso es que, una vez allí, la trataron de “americana”. Pobre. Por supuesto no habrá sido la única a la que le pasó eso.
Con esto no quiero decir que me sienta identificada con ella pero… a lo mejor sí. No voy a entrar ahora en ese tema.
Desde que tengo doce años, he estado acostumbrada a todo tipo de burlas o insultos hacia mi forma de ser, de hablar, y hasta de vestir. Ahora mismo me es indiferente, pero claro, antes no. Esto me hizo ser una persona bastante… peculiar. Que cada uno se lo tomo como quiera, no tengo intención de causar pena ni lástima; eso no va conmigo. Es más, me molesta que se compadezcan: no estoy acostumbrada.
Pero lo que quiero explicar es que, yo cambié mi forma de hablar, porque si no, no me entienden. Esto no quiere decir que me haya olvidado de mis raíces. Además en mi casa hablo como lo hice desde toda mi vida desde que tengo uso de razón, ya que no tengo nada que fingir. Así que, si quieren meterse con mi forma de hablar, háganlo. Me da por el culo. No se los voy a impedir, ya que me lo merezco, lo tengo asumido. Pero preferiría que no lo hicieran delante de mí, ya que hiere mis sentimientos y me deprime (ya saben que me deprimo con mucha facilidad).
Me encanta escribir este tipo de notas. Me resulta muy… cómo decirlo… interesante. No, no es esa la palabra. Lo que quiero expresar es, que me satisface, me desahoga de toda la mierda que tengo en la cabeza. Espero no haber aburrido a nadie con estas estupideces, ya sé que me fui completamente por las ramas (es que me encanta hacer una historia de una insignificancia), y seguramente a nadie le importa, pero como la autoestima la tengo en 2/100, me hace sentirme importante escribir acá. Dios mío, qué sincera que acabo de ser. Bueno… mejor lo dejo ya.
Por cierto, espero sus alabanzas hacia mi forma de narrar, por favor, lo necesito xD.

P.D.: aguante Higuaín y Kaká. Y abajo Ronaldo.