viernes, 19 de febrero de 2010
Diario. Volúmen I
16-02-10
Llevo ocho años (y doce días) en este país, el cual me ha dado más tristezas que alegrías. No estoy para detallarlas ahora, ni mucho menos. Lo único que pretendo con esta narración es explicar el tema de mi forma de ser, más precisamente de mi forma de hablar.
A mi bisabuela (por parte de padre), la cual era de Cataluña, le decían la gallega. Esto le molestaba mucho, ya que nosotros allá generalizamos el término “gallego” para llamar a todos los españoles; pero la realidad es muy distinta. Es como si mezcláramos a un porteño con un santafesino (y no miro a nadie). En todo caso, a ella le habría gustado que la llamaran catalana. Volviendo al tema, mi bisabuela ahorró muchos años para volver a su tierra natal. Y lo consiguió. El caso es que, una vez allí, la trataron de “americana”. Pobre. Por supuesto no habrá sido la única a la que le pasó eso.
Con esto no quiero decir que me sienta identificada con ella pero… a lo mejor sí. No voy a entrar ahora en ese tema.
Desde que tengo doce años, he estado acostumbrada a todo tipo de burlas o insultos hacia mi forma de ser, de hablar, y hasta de vestir. Ahora mismo me es indiferente, pero claro, antes no. Esto me hizo ser una persona bastante… peculiar. Que cada uno se lo tomo como quiera, no tengo intención de causar pena ni lástima; eso no va conmigo. Es más, me molesta que se compadezcan: no estoy acostumbrada.
Pero lo que quiero explicar es que, yo cambié mi forma de hablar, porque si no, no me entienden. Esto no quiere decir que me haya olvidado de mis raíces. Además en mi casa hablo como lo hice desde toda mi vida desde que tengo uso de razón, ya que no tengo nada que fingir. Así que, si quieren meterse con mi forma de hablar, háganlo. Me da por el culo. No se los voy a impedir, ya que me lo merezco, lo tengo asumido. Pero preferiría que no lo hicieran delante de mí, ya que hiere mis sentimientos y me deprime (ya saben que me deprimo con mucha facilidad).
Me encanta escribir este tipo de notas. Me resulta muy… cómo decirlo… interesante. No, no es esa la palabra. Lo que quiero expresar es, que me satisface, me desahoga de toda la mierda que tengo en la cabeza. Espero no haber aburrido a nadie con estas estupideces, ya sé que me fui completamente por las ramas (es que me encanta hacer una historia de una insignificancia), y seguramente a nadie le importa, pero como la autoestima la tengo en 2/100, me hace sentirme importante escribir acá. Dios mío, qué sincera que acabo de ser. Bueno… mejor lo dejo ya.
Por cierto, espero sus alabanzas hacia mi forma de narrar, por favor, lo necesito xD.
P.D.: aguante Higuaín y Kaká. Y abajo Ronaldo.
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