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Diario + Recuerdos = Mis Crisis Nerviosas

Para poder entender este blog, tienen que leer todo desde el principio. Se trata de una historia correlativa, la cual no van a entender si empizan desde la última entrada.
Las entradas que se titulan "Diario", siguen una línea aparte. Son opcionales a la biografía.
Espero que lo disfruten


DEDICADO A MI MEJOR AMIGA EN EL MUNDO MUNDIAL. Y A MI AMIGA LA DESAPARECIDA.

martes, 13 de julio de 2010

Diario. ¿La decepción en toda su extensión?


(Nota: no lo pude postear ayer porque no tenía red)
Sí, sí. Leyeron bien el título. Aunque está en signos de pregunta, porque le doy el beneficio de la duda.
¿Qué pasó? Fui corriendo a la mañana, tenía clase a las 10, llegué ahí corriendo para estar 10 minutos antes (no sé ni para qué, pero bueno). Me sorprendí a mí misma un pelín nerviosa. Tan nerviosa como cuando… tuve mi última cita con Campos (sí, ahora puedo nombrarlo, ya no es más el innombrable). Lo que importa es que, llegué ahí, y no estaba. Esperé y esperé, pero no fue.
Todavía no entiendo por qué estuve tan decepcionada. Sentí así como un vacío. ¿Tanto quería verlo? ¿Soy tan estúpida? No, es que estoy muy sola. Otra explicación no se me ocurre.
Volví arrastrando los pies a casa. Después cuando llegó la hora de la clase de la tarde, me lo tomé con calma. O sea, esperaba verlo, pero ya iba preparada. En el camino, me puse los auriculares escuchando bien fuerte “Slept so long” (Dios, qué temazo). Y sobre todo recalcando la parte del “… and fuck it up…!!”.
Me dije, “no tenés que ilusionarte tanto. Es sólo un chico. Un chico cualquiera. Puedo seguir viviendo sin él. Además, no lo conozco de nada. Dejá de ser una Himono-onna*” etc etc.
Llegué, y no había nadie (sólo la argentina-pesada). Subí, sin importarme nada, y me puse a hacer unos tests. La gente seguía llegando, pero él no. Hasta que llegó.
Ay por Dios.
Se quedó parado mirándome un segundo, muy sutilmente y disimulando, pero estoy segura de haberlo visto, no me lo imaginé. Se acercó a mí (sonriendo), me saludó y me hizo un gesto para que sacara mi bolso de la silla de al lado para él poder sentarse.
Respirar, respirar.
Lo primero que me dijo fue (palabras textuales) “creí que estabas desaparecida”.
Ay, la P.M.
Siguió con la onda de siempre. Juraría que se acercó un poco como para saludarme con beso pero como yo ni bola, retrocedió (jaja). Me preguntó qué me había pasado, etc etc.
Todo bien simpático.
También me habló DURANTE la clase… y esas cosas. Al final, me esperó para irnos. Se hacía el distraído, pero me esperaba. También, los primeros metros, los hizo en silencio, como si yo no estuviera ahí. Después “se acordó” y me siguió hablando.
No me saludó con beso, se fue medio rápido.
Sí, quizás eso fue lo raro. Aunque no tiene nada de malo. Seguramente se dio cuenta de lo idiota que soy, de lo gorda que estoy, o de lo poco interesante que puedo llegar a ser.
Lo importante es que, le tiré la onda de que voy a ir a la mañana. Él me confesó que dejó de ir porque no se podía levantar (me lo dice a mí, que me acuesto a las 12 o 12.30 y me levanto a las 6.15 para estudiar japonés). El caso es que dijo cosas como “voy a tener que venir”, etc.
Si mañana viene, ENTONCES VOY A SABER QUE LE GUSTO.
Así de claro, no hay más historia.
¿Por mi parte? Sí, confieso que me gusta un poco. Pero creo que tampoco para tanto. Es que me emocioné de más, diría yo. Y tampoco sé si quiero ahora mismo intentar hacer una especie de “amistad” con alguien.
Bueno, eso es todo por hoy. Mañana, más y mejor (eso espero). Gracias por aguantarme.
PD: qué inteligente es, el muy h.p.

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